16-S, el ciclón Raphael

Con el Auditorio abarrotado, salió a escena el artista y, sin abrir la boca, aquello se vino abajo – Más de 30 temas se pudieron escuchar a lo largo de dos horas y media de espectáculo

El viernes por la noche debió ser uno de esos escasos días en los que las autoridades no decretaron alerta meteorológica alguna. Ni roja, ni naranja ni limón. Y es raro que se les haya pasado por alto que el 16-S, viernes, el ciclón Raphael arrasó el Auditorio. No será porque no estaban avisados: desde mayo se pusieron las entradas a la venta para ver al fenómeno, con la complicidad de la Orquesta Sinfónica de Tenerife.

Con todo vendido desde hace semanas, el Auditorio abarrotado, salió a escena el artista y, sin abrir la boca, aquello se vino abajo. Una ovación larga y sentida, público en pie, que era el reconocimiento a una carrera de más de cincuenta años de fidelidad a sí mismo. El tiempo que lleva el cantante repartiendo voz y gesto a su manera. O dicho de otra forma, haciendo lo que le da la realísima gana para un público fiel al que le entusiasma el estilo inconfundible del cantante. Lo definió muy bien una fan en medio del concierto: «Raphael, ¡eres único!».

La voz potente del cantante, lejos de agotarse, pareció ir a más a medida que discurrió el espectáculo. Sí dio descanso a la orquesta cuando se acompañó de una guitarra que sonó a gloria para cantar temas de latinoamericanos como el clásico Gracias a la vida que bien podría ser autobiográfico. Cuando llegó Estar enamorado, en un curioso arreglo a ritmo de vals, ya el ciclón estaba desatado. Tanto que quien dirigió, a su manera, la orquesta, fue el propio cantante. Si serán buenos músicos que siguió sonando sin perder el compás.

La Opinión de Tenerife (Ginés De Haro Brito)

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La gran noche de Raphael

El polifacético artista de Linares arma un concierto extraordinario en su regreso a la Sala Sinfónica del Auditorio de Tenerife. La velada, en la que estuvo bien acompañado por los músicos de la OST, fue emotiva, generosa y vibrante.

Digan lo que digan, Raphael es un creador único. Un intérprete que disfruta «En carne viva» una profesión que anoche lo colocó en la Sala Sinfónica del Auditorio de Tenerife para dar vuelo al «Raphael Sinphónico», un viaje artístico en el tiempo que el cantante andaluz completó arropado por los músicos de la Orquesta Sinfónica de Tenerife. No fue necesario que sonaran las notas de «Como yo te amo» para atraer el cariño de un público que se entregó sin condiciones al contenido de «Promesas», «Se me va» o «Sí pero no»… Fue una velada en la que brillaron con fuerza su voz y su experiencia, la OST y la dirección de Rubén Díez. Con la clientela entregada al mito, este no tuvo más remedio que volver a gritar «Enamorado de la vida» o revivir -acompañado por un solo de guitarra- un hermoso «Gracias a la vida».

El Día.es (Jorge Dávila)

Foto: Camovi Eventos