Raphael sigue siendo un escándalo: así fue su actuación en el Concert Music Festival

El de Linares triunfó en tierras gaditanas con ese ‘show’ con el que está girando con motivo de sus 60 años sobre los escenarios

Raphael no defrauda. Nunca. Y esa es una de las claves de que lleve 60 años, con todas sus estaciones, encima de los escenarios. El de Linares es mucho más que un cantante: se ha convertido en uno de los símbolos naciones de cualquier displina artística que se nos pueda pasar por la cabeza. Anoche no fue menos. Se subió a las tablas del Concert Music Festival, en Sancti Petri, y desplegó toda su magia ante un público entregado. De todas las edades. Porque otra de las cualidades del andaluz es que ha sido capaz de ir enganchando generaciones a lo largo de esas seis décadas que lleva haciendo música para ofrecerla, de manera generosa, al público general.

Los directos de Raphal son extraordinarios por esa simbiosis que consigue lograr con los que tiene enfrente. Mucha culpa la tiene que el grueso de nuestra sociedad, por muy ajeno que viva a esta industria, es capaz de reconocer un buen puñado de letras de las suyas -cuando no todas-. Y eso, el cante a cientos de voces, hace que sus espectáculos sean únicos. Ayer, por supuesto, sucedió de nuevo con temas clásicos de los suyos de toda la vida -¿quién no ha tarareado alguna vez ‘Escándalo’, que es lo que sigue siendo él como artista, o ‘Mi gran noche’ alguna vez?-, pero también echando mano de temazos de otros, como ese ‘Vivir así’, de Camilo Sesto, que provocó el éxtasis en el patio de butacas.

Por supuesto, el vestuario también formó parte de ese código no verbal -ni musical- que es su esencia pura. De riguroso negro, camisa y pantalón. Como siempre. Eso sí, en algunos de los momentos de la actuación lució una chaqueta dorada con la que romper esa monocromía que se ha convertido en una de las huellas de Raphael cada vez que despliega las alas ante su público. Al margen de lo textil, lo gestual también brilló con esa fuerza tan caratcerística en él, con esas manos al aire con las que cada movimiento está medido al milímetro para desatar la garra que requiere cada uno de ellos.

Raphael, volvió a ser Raphael. Un escándalo. Un directo de esos que uno tiene que ver, al menos, una vez en la vida. El público de Sancti Petri pudo comprobarlo anoche que vibró con una de las leyendas vivas de la música nacional.

-Anita Guerra, cadena100.es