Doble éxito para Raphael
Repasó los grandes éxitos de su carrera y las canciones que más le gustan a él y al público
Durante dos días, el Teatro Principal de Alicante colgó el cartel de ‘No hay entradas’
Presentó un espectáculo con una cuidada iluminación y un buen acompañamiento musical
El público coreó varias de sus canciones y se puso en pie en varias ocasiones
Este fin de semana Raphael presentó la gira que da nombre a su último disco «Mi gran noche» en el Teatro Principal de Alicante. Conectó con sus seguidores a quien interpretó con una gran producción, canciones que ya grabó en su día, con sonidos más actuales, pero con el estilo de siempre.
A las nueve de la noche del sábado y seis de la tarde del domingo respectivamente, hacía su aparición en el Teatro Principal de Alicante uno de los artistas más importantes y representativos de la historia musical de nuestro país. Con traje negro y corbata como siempre acostumbra, se dirigió al público recordando que en 1965 fue la primera vez que estuvo en este teatro «donde tantas veces he estado y pienso seguir estando» y que además fue la primera vez que el público se puso en pie para él. Desde entonces ha vuelto muchas veces, «y las veces que vendré» afirmaba sonriendo.
Llegaba de grabar para TVE su especial de navidad, de llenar el Teatro Circo de Albacete y de presentar en el museo que lleva su nombre, en su Linares natal, El Himno a Jaen. Nada más empezar el concierto se desanudó la corbata y en la séptima canción ya se había quitado la chaqueta del traje para presentar sus canciones como lo que fueron y lo que gracias a sus fieles seguidores siguen siendo; habló tanto de las que llegaron rápidamente al público como de las que tardaron un poco más.
Un repaso a toda su carrera
Con un espectacular despliegue de iluminación, «A lo largo del extenso repertorio que me ha acompañado en mi carrera, de cientos y cientos de canciones que ustedes han hecho historia» eligió 45 temas para plasmar en «esta parcela de alquiler que es mi escenario» lo que sólo él sabe hacer cuando escenifica e interpreta una canción con tanto sentimiento como si le fuera la vida en ello.
Bailaba y se crecía en cada canción, con cada piropo, con cada ovación mientras unos grandes profesionales al piano, guitarra, bajo y percusión, conseguían que su paso por la capital fuese mágico, aunque Raphael no dudó en varias ocasiones en parar la música para que sólo fuese su potente voz la que marcase el ritmo.
Todas las canciones eran efusivamente coreadas, quienes tuvieron el privilegio de conseguir una entrada le regalaron larguísimos aplausos en cada canción. El público se ponía en pie en cada tema como si fuera el último del espectáculo, a pesar de que en el hall del teatro se anunciaba una duración aproximada de 165 minutos. El genio sonreía agradeciendo los aplausos y con un gesto de amabilidad pedía lo propio a su banda, que continuamente se ponía en pie para agradecer cada ovación.
A los acordes del piano habló de los gustos de un público tan grande como el suyo, de las canciones que gustan más a determinado sector, «pero para mí» – dijo «Desde aquel día es lo más, lo más, lo más». Fue narrando su vida frente al micrófono, cómo pasó «de la niñez a la garganta para cantar canciones de su alma», interpretando como sólo él sabe, gesticulando y teatralizando durante casi tres de concierto.
Lleno total
El gran intérprete que desde los 14 años viene embaucando a distintas generaciones, tanto mujeres como hombres, reunió en el Teatro Principal durante este fin de semana a personas de todas las edades, y visiblemente contento por estos dos días de Sold Out, estuvo animando a sus incondicionales a hacer coros y a bailar sus éxitos.
Sin micrófono ni instrumento que le acompañase, silenció al respetable con «Para volver a volver». Acompañado únicamente de la guitarra española, pidió disculpas una y otra vez entre sonrisas, dejó claro que sigue siendo aquel, que sigue teniendo el corazón en carne viva y que digan lo que digan no le van a cambiar; que estuvo enamorado y que como él te amó nadie te amará. Se preguntó qué sabe nadie y qué le importa a nadie. Se desmaquilló con lágrimas haciendo ver que se ha sentido como un pobre payaso, insistió que si lo suyo es un pecado no dejará de pecar, y repitió que vive su vida y es como es.
Formó un escándalo en el teatro al decir que el trabajo nace con la persona y admitió sentirse muy dichoso al haber podido «revisitar» sus canciones en esta gira que ya ha arrasado en México, Estados Unidos y Canadá y que desde julio ha estado agotando todas las entradas en España, donde finalizará gira el próximo sábado 21 en Zaragoza.
Incansable en el escenario, como si para él no hubieran pasado los años, mantuvo una fuerte conexión con todos los asistentes, que rendidos al poderío de su voz y a la energía que transmite quedaron encantados con su actuación.
Para acabar su espectáculo y como antesala de la navidad que se avecina, acabó con el célebre villancico «El tamborilero» y prometió volver a Alicante.
Nuevo disco y gira
Al acabar los conciertos, muchos de sus incondicionales no quisieron perder la oportunidad de hacerse con un ejemplar del disco firmado por el artista, ya que la única manera de obtenerlo es en los recintos donde actúa o en las plataformas digitales. Se trata de una selección de 14 temas (de los cuarenta y muchos que entrega en cada concierto) y que el de Linares ha escogido para «Mi gran noche».
Después de arrasar en España, Raphael visitará América con una segunda vuelta donde Chile y Perú serán los primeros países que podrán disfrutar de esta espectacular propuesta del artista.
El próximo lunes 16 saldrá a la venta su próximo álbum «Mi gran noche. 50 éxitos de mi vida» donde se incluye «El Tamborilero 2013», una nueva grabación de su primer éxito con arreglos de cuerda y viento, donde el artista ha sido acompañado por la Orquesta Sinfónica de Bratislava.
–Elmundo.es (Texto y foto: Pedro Manuel Morcillo)