El teatro Cervantes rendido ante Raphael
El Teatro Cervantes de Málaga volvió a ser testigo de una noche apoteósica en el primero de los cinco conciertos, con todas las localidades agotadas, que Raphael ofrece en la ciudad. Hoy la prensa nos refleja de esta forma lo vivido anoche en el Cervantes:
Su gran noche, nuestra gran noche
Raphael volvió a hacer del Teatro Cervantes en la primera de sus cinco noches en Málaga una ocasión para el éxtasis, reinventado y clásico a la vez
La de anoche fue la primera del lote, y el cantante volvió a hacer del escenario, su escenario, lleno hasta los topes, el templo dionisíaco ofrecido al éxtasis al que ya nos tiene acostumbrados. Había que ver, de nuevo, como si fuese la primera vez, al público entregado hasta el tuétano, levantado de sus asientos con unánime disposición a cada gesto del divo, arrobado a cada falsa salida del artista y a cada posterior regreso, con la chaqueta al hombro. Era gente de todas las edades la que le gritaba guapo, la que movía las caderas excitada por el compás, la que sentía el pecho encogido ante el tono confesional de Raphael, que sabe como nadie partirse en escena y a la vez quedarse soberanamente entero. Cada velada de Raphael es un espectáculo, no sólo por lo que el cantante sirve en bandeja sino por las emociones que suscita. Lo mejor de todo transcurre desde el patio de butacas hasta el gallinero. Se trata de un secuestro, por derecho: Raphael gobierna las voluntades de sus admiradores, y los lleva a un lugar en el que son insobornablemente felices. Había que ver a las fervientes más aventajadas, señoras de ésas que usted se encuentra cada mañana camino a la carnicería, burlando la vigilancia del personal de la sala y grabando y fotografiando al ídolo como si de Jesús Cautivo se tratase. Decía Kurt Vonnegut que toda obra de arte debe lograr que quien la disfruta prefiera vivir, y puso como ejemplo a The Beatles. Ayer, también Raphael volvió a demostrar cómo el genio puede despertar en quien recibe sus frutos la ilusión certera de estar vivo.
–malagahoy.es (Pablo Bujalance)
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Raphael: el incansable provocador
Un repleto Cervantes volvió este miércoles a caer rendido a los pies del cantante en la primera de las cinco noches programadas en Málaga. Durante casi tres horas de espectáculo, Raphael ofreció una treintena de sus grandes éxitos, a los que ha imprimido nuevos aires en el álbum De amor & desamor. Personas de distintas generaciones, desde abuelas con collares a hipsters con tirantes, acudieron a rendir pleitesía al artista de Linares
Raphael se siente bien en Málaga y a Málaga le sienta de maravilla cada una de las visitas de Raphael. Así se pudo constatar este miércoles noche en el regreso del cantante al escenario del Teatro Cervantes, donde vuelve para comulgar por cinco noches consecutivas con sus admiradores malagueños, que son muchos y que, como en las cinco veladas que ya protagonizara en 2012, recibieron en pie al jienense, al que vitorearon antes de que éste abriera la boca.
–laopiniondemalaga.es (Jesús Zotano )
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El Raphael «de siempre»
Digan lo que digan– es «el Raphael de siempre». Así lo dijo alto y claro el de Linares aprovechando la letra de una de sus canciones emblema, ‘Yo sigo siendo aquel’. Y así lo demostró durante las tres horas de concierto que ofreció en la primera de sus cinco noches en el Cervantes con todo el aforo vendido. Porque Raphael no cambia, pero el apoyo –y la euforia– de su público tampoco.
Cada movimiento, cada palabra y cada canción es respondida al otro lado del escenario con palmas y piropos. Si se coloca la chaqueta al hombro en ese gesto tan suyo, le gritan «¡guapo!». Si ladea la cadera o se marca un paso de baile –incluso flamenco–, se escuchan «olés». Y si ya habla directamente a las mil personas que no le quitan ojo, es el delirio. Imaginen entonces lo que sucedió cuando «el más grande» –como le reconocían anoche sus fans– aseguró que seguirá viniendo a Málaga «año tras año… hasta el final». El teatro se caía con los aplausos y los vítores.
–diariosur.es (Regina Sotorrío)