Elche Reencuentro triunfal con Raphael
Llegó, cantó y triunfó. Bueno, realmente triunfó incluso antes de cantar, puesto que su simple presencia en el escenario del Gran Teatro, decorado con una escalera de subida y bajada y una especie de tablado, fue acogida con una gran ovación y el público puesto en pie.
De ahí en adelante, todo ovaciones, acompañamiento con palmas y voz, en fin, el delirio, con un incombustible Raphael que superó las dos horas seguidas de concierto, sin descanso, y como siempre, a pleno pulmón, incluso a veces sin micro, con un piano como único acompañamiento.
Raphael recordó su visita a Elche «muchos años atrás», reafirmó que «sigo siendo aquel» y que era «un auténtico placer» estar en la ciudad. Comenzó su amplio programa con sus primeras canciones, «muchas de ellas ni siquiera las conocéis», que inició con ‘Cupido’, mientras se proyectaba en una pantalla situada a un lado en el fondo del escenario. Después siguieron ‘Te quiero de verdad’, ‘Todas las chicas me gustan’, y otras, dándose el gusto de soltar el micro en ocasiones.
Después, otra tanda, comenzando con ‘Hablemos del amor’, ‘Estuve enamorado de ti’, ‘Desde aquel día’, y otras, para seguir con más creaciones de su compositor fetiche, Manuel Alejandro, del nuevo disco juntos, ‘El reencuentro’: ‘Cuando estamos enfadados’, ‘Siempre fui yo mismo’, ‘Eso que llaman amor’ (se marcó un baile sensual, acompañado con las palmas del público), siguiendo con ‘Maravilloso corazón’, con acompañamiento de palmas y coro, y ‘Adoro’, con la proyección en pantalla vestido de payaso y cantando con él.
Hizo un mutis por el foro y apareció con sombrero negro para cantar ‘Nostalgia’, e inventarse un numerito con una radio muy antigua en la que se sintonizaba la voz de Carlos Gardel, cantando el tango ‘Volver’, que él retomó e incluso cantó también a dúo.
No faltó ‘Es que estás enamorado’, en combinación con el público, para entonar otro tango, incluso dejando el micro. Siguió con ‘Un día más’, ‘Haz amigo el favor’, en auténtica apoteosis, y ya cuando parecía que concluía, siguieron ‘Escándalo’, ‘Bésame’, y tras los gritos de ¡otra, otra!, ‘Qué sabe nadie’, que parecía el final. Pero la gente no se cansaba de pedir, y finalmente, como no podía ser menos, ‘Yo soy aquel’. Se despidió con ‘Amor, amor, amor’, entre el clamor y el entusiasmo del respetable, que lo llenaba de piropos. Un auténtico delirio.
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