Loco por cantar en Barcelona y Zaragoza

Este fin de semana Raphael ha visitado Barcelona y Zaragoza con su Gira ‘Loco por cantar’ y, una vez más, con un rotundo éxito que no ha pasado desapercibido:

Barcelona: Raphael, con el infinito como único límite

El cantante de Linares sació a sus seguidores en un arrollador concierto en el Palau Sant Jordi dentro de la gira ‘Loco por cantar’

Raphael corregido y aumentado, llevando hasta el límite expresivo esos ‘Infinitos bailes’ a los que alude en su último disco, triturando el repertorio de hipérboles que ofrece el diccionario y brindándose en versión ‘turbo’ a un Palau Sant Jordi que, como hace un año, le rindió todos los honores. Un nuevo episodio imperativo, este viernes, para el cantante de Linares, que exhibió un poderoso fuelle vocal a juego con el grosor rockero del que ha querido dotar a muchos de sus clásicos.

Raphael sigue quemando la vida, vaciándose en cada concierto y ampliando repertorio con nuevos hallazgos. Pero él no es de los que escatiman sus éxitos al público. “Yo sé muy bien a qué han venido”, apuntó con un tono afectado, como siguiendo un guión. “Un año más en Barcelona, y otro más, y otro más”. Ya son 56, según sus cálculos. Y otras tantas veces que habrá cantado hitos como ‘Mi gran noche’, revolucionado ahora por una guitarra ‘heavy’.
El Periódico / Foto: Josep García


Raphael apasiona en Zaragoza

El cantante se entregó a su público en el pabellón Príncipe Felipe con un repertorio de 34 canciones, entre ellas todos sus grandes éxitos, y este domingo ha agradecido en las redes la respuesta de los zaragozanos.

Si esta semana Raphael se manifestaba loco por cantar en Zaragoza, este sábado lo hizo por fin en el pabellón Prínicipe Felipe y despertó pasiones entre un público entregado.

Así lo ha reconocido el propio cantante, uno de los intérpretes más famosos de la historia en español, este domingo en las redes sociales, donde no ha escatimado elogios hacia el público zaragozano, como se puede ver en este mensaje:

Unas 6.000 personas estaban allá ejerciendo fidelidad inquebrantable -ya fuera renovada o heredada, añeja o de nuevo cuño- al intérprete más inclasificable y universal que ha dado España. Raphael sigue alcanzando las notas altas, sigue comiéndose el escenario con tridente y cuchillo de pescado. Con una banda de siete músicos metronímicos, vestido de negro como mandan los cánones, el de Linares arrasó en Zaragoza, una vez más.
Heraldo