Raphael, indestructible
El divo de Linares triunfa de nuevo en Málaga bajo la premisa de un espectáculo universal en otra parada de su ‘Loco por cantar’
Poco importan las veces que hayamos visto a Raphael en directo porque cada una de las veces cuenta como un espectáculo indestructible. Anoche en el Auditorio Municipal volvió a agotar todas las localidades disponibles. No importan las veces que hayamos visto el número de ‘Por una tontería’ en el que le canta a una botella y luego derrama un vaso de tubo, o el posturón que se marcó al empezar ‘Digan lo que digan’ y que es idéntico al que fue. Al fin y al cabo, es el mismo esqueleto apurando los mismos movimientos que le llevan haciendo único más de cinco décadas. Como marca el canon que él ha patentado, apareció en el escenario con puntualidad y vestido de negro. Gracias a los rigores del verano malagueño, la chaqueta de cuero le duró poco.
Comenzó con tres canciones de su último disco, que se nutre de un repertorio redactado por artistas jóvenes: algunos ni siquiera habían nacido cuando Raphael sacó su décimo disco. Entre ellas destacó ‘Ahora’, diseñada por Enrique Bunbury y Nacho Vegas, que pone de manifiesto que los compositores de las canciones de Raphael le han aportado una épica literaria muy profunda. Pese a la llegada de los nuevos, y porque estamos hablando de una institución musical nacional, ya hemos aprendido que su compositor de cabecera, Manuel Alejandro, se ha convertido con el paso del tiempo también en su biógrafo. Pronto aparecerían desgranados algunos de sus mayores éxitos como ‘Mi gran noche’ o la coreada ‘Maravilloso corazón’, en la que Raphael se convirtió por unos minutos en una versión de Fred Astaire, y el polígono en un escenario de Broadway.
Cuando llevaba una hora en el escenario todavía daba la impresión de que estaba empezando. La fuerza que desplegó anoche Raphael fue verdaderamente sobrehumana porque su voz llegaba a todos los lugares posibles. El público agradecía con una ovación en pie todas y cada una de las canciones que estaban sonando. La ambientación rockera que gobierna los sonidos de esta última gira dio paso en la mitad del recital a un interludio acústico donde el tigre de Linares dio una lección de forma física y de aliento. En este tramo, con el artista mediando con micro en mano entre dos guitarras, cayeron por ejemplo ‘La quiero a morir’ o la infalible ‘Gracias a la vida’ que fue recibida entre vítores.
Raphael ha estado de gira toda su vida y el paseo que se está dando ahora por España viene precedido por una gira por América.
Quizá eso provocó que incluyera al menos tres canciones puramente latinoamericanas que nuestro artista hace propias porque todo lo que toca lo hace suyo. Luego llegarían más éxitos, una interpretación memorable de esa joya llamada ‘En carne viva’ y, en definitiva, un repertorio y una puesta en escena que son memoria y patrimonio emocional de varias generaciones.
–Diario Sur / Fotos: Hugo Cortés (Grupo Mundo)
Dos días antes de su triunfal paso por Málaga, Raphael también visitó con su gira la marina Port Adriano, en el municipio mallorquín de Calviá, ante un recinto totalmente lleno y con enorme éxito.
Raphael repasa en Port Adriano los grandes éxitos de su carrera
Pasan los años y cambian las modas, pero el incombustible Raphael no pierde ni un ápice de vigencia. Con su flequillo domado a tijera y esa mirada de niño incrustada en un rostro maduro; con su sonrisa ‘profidén’ y sus eternos botines. Nada cambia. Rafael Martos Sánchez, Raphael para el mundo, tampoco ha perdido ese torrente de voz que le eleva a registros impropios de su edad. Y ya puestos, ni siquiera ha cambiado su puesta en escena, ya saben, esa que da tanto juego a sus imitadores. Teatral y excesivo, nadie maneja el lenguaje gestual como él.
La memoria no le juega malas pasadas, se conoce al dedillo el repertorio de esta gira que mezcla los temas de su último LP, Infinitos bailes, y sus ‘joyas de la corona’. Estas últimas son las culpables de la movilización masiva hasta el recinto acotado en Port Adriano. Miles de gargantas que anhelaban recorrer junto a él esos clásicos de leyenda, llenos de afirmación vital, reproches y melodrama. Sin desdeñar su nueva cosecha de canciones, con la que abrió la velada al ritmo de Infinitos bailes y Aunque a veces duela, dos cortes que encajan como anillo al dedo con su talante creativo y temperamental.
El desenfreno llegó con Mi gran noche. A continuación, una antología de clásicos cayendo a plomo, subrayando que el de Linares ‘sigue siendo aquel’, aunque eso implique exigirse hasta el límite.
El baile infinito de Raphael en Mallorca
El cantante inició el espectáculo presentando su nuevo álbum en un show totalmente renovado, con un gran espectáculo de luces, mucha guitarra y toques de rock que poco recuerdan al Raphael melódico al que nos tiene acostumbrados.
Infinitos Bailes, tema que da nombre a su último disco, fue lo primero que escuchó el público, como si de una declaración de intenciones se tratara. Y así fue, porque las últimas filas empezaron a vaciarse y los asistentes se repartieron por los laterales más cercanos al escenario para bailar y cantar junto a él.
A la mañana siguiente del concierto de Málaga, y tras agradecer al público malacitano todo el cariño recibido, Raphael desveló a través de sus redes sociales que hacía un alto en el camino para viajar a Londres e iniciar la grabación de su nuevo trabajo discográfico que verá la luz a finales del 2018 y que contará con la colaboración del gran músico Lucas Vidal.
Y hoy mismo compartía en sus perfiles una foto desde los estudios Abbey Road
La gira ‘Loco por cantar’ proseguirá esta semana en Vigo (2/8) y A coruña (4/8) donde ofrecerá 2 conciertos, con entrada gratuita, en el Auditorio de Castrelos y la Plaza de Maria Pita, respectivamente.