Raphael se llena de ovaciones en el Auditorio Mar de Vigo en un concierto impecable

Raphael, todo un escándalo

Si leen el titular «Raphael, todo un escándalo», decodifíquenlo con cuidado. Han de suprimir, en este caso, las acepciones de ruido, desvergüenza o mal ejemplo que el Diccionario de la Real Academia Española apunta. Quédense con asombro, pasmo y admiración, porque estas tres palabras resumen el directo de matrícula de honor que el cantante ofreció ayer en el Auditorio Mar de Vigo con las entradas agotadas.

Muy puntual, la actuación arrancó a las 20.30 horas con una intro instrumental con sus seis músicos -entre los que había dos guitarristas- sobre el escenario. Raphael se les unió ataviado, por supuesto, todo de negro.

La primera canción que interpretó fue «Infinitos bailes» con la que ofreció su declaración de intenciones: «Esta vez, no conquistaremos imperios», decía uno de sus versos cantados. Lo que sí conquistó fue el público encadenando ovación tras ovación, levantando a parte de los asistentes de la butaca, consiguiendo que tararearan y cantaran melodías como las de «Mi gran noche», «Provocación» o «La quiero a morir», entre otras muchas.

Su dominio vocal fue impecable, su interpretación de los temas, perfecta. Como él mismo cantó «Yo sigue siendo aquel, el mismo Raphael de siempre, ¿no lo ven?». Vaya si lo vieron.

No obstante, los asistentes tuvieron que esperar al tema 14 para oírlo hablar. a raíz de una persona del público gritase: «Háblanos». Se le había olvidado, dijo. «Decirles, de todo corazón, que estoy feliz de estar de nuevo hoy aquí en Vigo. Decirles que este es un nuevo espectáculo con canciones nuevas con canciones que no se me puede olvidar cantar, con toda la ilusión que tengo, he tenido y tendré», confesó.

Raphael transformó su repertorio de música ligera en un directo con tintes de rock suave, aderezado con momentos íntimos con su voz sola acompañando a la guitarra o al piano a lo largo de un concierto de unas tres horas y 41 temas, en el que llegó a posar con la camiseta del Celta. Ayer, volvió a demostrar por qué es uno de los grandes.

Faro de Vigo

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Raphael, eterno y ahora rockero

El cantante de Linares volvió a meterse en el bolsillo a un público que llenó el Auditorio y que disfrutó con las nuevas canciones que interpretó sobre el escenario, sin perder la esencia de siempre.

Raphael regresó en Vigo, y una vez más volvió a triunfar como hizo hace un año en el mismo escenario ante un impresionante lleno absoluto.

Con un repertorio de más de 40 canciones, Raphael demostró que es incombustible, pero además rockero. Salió acompañado por una banda, encabezada por dos guitarras eléctricas y un bajo, completó su habitual indumentaria negra con un tres cuartos de cuero.

En medio de una espectacular puesta en escena entre efectos lumínicos y con tres pantallas de proyección, comenzó sin mediar palabra con el tema que da nombre al disco, para seguir con otras novedades y grandes éxitos de su carrera.

Atlántico


El lado más roquero de Raphael

Raphael vuelve a triunfar en Vigo, incluso arriesgándose con un trabajo como “Infinitos bailes”, su último disco, en el que muestra su lado más roquero con temas compuestos por Iván Ferreiro, Mikel Izal o Dani Martín, en los que ha contado con la colaboración de Bunbury o Rozalén, entre otros.

El de Linares ha conseguido lo que muy pocos artistas logran: romper la barrera generacional que suele imperar en la música y poner de acuerdo a padres, hijos y abuelos a la hora de aclamar al cantante.

Un honor ganado a base de tablas y dedicación, del que el mérito es exclusivamente suyo. No en vano, en esta gira, Raphael está ofreciendo conciertos en los que supera las cuarenta canciones, lo que da para presentar su nuevo disco y recrearse en sus clásicos de siempre. Algo que no está al alcance de cualquiera.

La Voz de Galicia