Con el carisma intacto, Raphael vive su gran noche

CON EL CARISMA INTACTO, RAPHAEL VIVE SU GRAN NOCHE

El magnetismo que tiene Raphael sobre el escenario es difícil de explicar. Y es que el Divo de Linares demostró que el paso del tiempo y los problemas de salud no sólo no han afectado su desempeño en sus presentaciones, sino que su carisma le bastó para recibir una ovación de pie en el mismo instante en que pisó el escenario del Teatro Diana esta noche.

En punto de las 20:35 horas, todo vestido de color negro, el ibérico apareció ante un entusiasmado público, y pronto dejó claro que el estribillo de su canción, que reza «Yo sigo siendo aquel, el mismo Rafael de siempre» tenía mucho de verdad.

Mi gran noche y Digan lo que digan fueron algunos de los temas con los que Raphael fue «calentando la noche», aprovechando las pausas entre canción y canción para, además de recibir aplausos, saludar al público: «Es un verdadero placer estar de nuevo acá, una vez más, en Guadalajara, cantando nuevas y viejas canciones, con la ilusión intacta».

LOS PEQUEÑOS CAMBIOS

Sobre el escenario, pocos artistas demuestran el dominio del espacio que despliega Raphael en un show. El divo hizo lo que quiso en el Diana. Bailó, aplaudió, actuó sus canciones y se dejó querer en todo momento, hasta pidió que las ovaciones que recibía fueran más largas cuando así lo consideró oportuno. A lo largo del concierto, presumió su emoción por regresar a trabajar con Manuel Alejandro, a quien definió como su «compositor de cabecera».

Raphael hace gala de su potencia, como cuando interpretó Inmensidad a capella, y se alejó del micrófono para mostrar que su garganta permanece intacta y recibiendo una ovación de pie. El público no regateó en su entrega. Piropos, porras, y hasta una bandera de México, viajaron de las butacas al escenario.

Acompañado por un piano y una escenografía sencilla, con pantallas gigantes y un par de escaleras, Raphael dejó constancia de que al Divo de Linares todavía le quedan muchas páginas que escribir en su leyenda.
-El Informador (Francisco González)

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RAPHAEL, EL GRAN DIVO

Caos vial en las inmediaciones del Teatro Diana anticipaba el rotundo éxito del concierto que ofreció el «Divo de Linares», Raphael, aunado a estacionamientos llenos y largas filas. Un inmueble abarrotado para recibir a una de las figuras más grandes de todos los tiempos en la escena musical internacional.

Rafael, llevó a sus papás, Jorge y Laura, quienes lo nombraron así en honor a su ídolo, la canción «Yo soy aquel» los enamoró y ya tienen 40 años de casados, estas y otras historias más se reunieron para disfrutar de poco más de dos horas de concierto.

El público, en su mayoría adultos mayores, algunos jóvenes y hasta niños, empezaron a ingresar al inmueble. En el escenario, escalinatas en forma de media luna, una alta tarima, un piano negro, un radio antiguo, un par de sillas, una pantalla y micrófonos.

A las 8:35 el sonido anunció que faltaban tres minutos para iniciar y el público lanzó un grito de aprobación. Puntual a la cita, Raphael apareció, ataviado totalmente en negro, mientras salían las primeras fotografías de los inicios del español en la pantalla, el público se puso de pie antes de que cantara, para darle la bienvenida.

A capela cantó «Yo sigo siendo aquel» y cambió la letra al señalar «despierta Raphael que en Guadalajara estás», con lo que los tapatíos le correspondieron gritando. Siguió «Mi gran noche» que el público le ayudó a cantar y además, apoyó con aplausos. Después siguió «Digan lo que digan», el intérprete se despojó de su saco. «Es un verdadero placer estar de nuevo acá, en México, en Guadalajara, cantando con la misma ilusión de siempre, porque esa no se acaba».

Un par de canciones de sus inicios, con bastante ritmo, para después platicarle al público que está feliz del reencuentro con su compositor fetiche, Manuel Alejandro, «luego de 28 largos años de no trabajar juntos», dijo. Continuó el recital con «Cupido» regalando algunos pasos de baile, «A pesar de todo» y «Ella ya me olvidó», momento en el que cantó sin micrófono, escuchándose su perfecta voz, el público se puso de pie y le aplaudió, rindiéndose a su interpretación. Entre las asistentes mujeres soltaron piropos como «Raphael, papacito» y enviándole besos durante su interpretación.

El público empezó con las bromas, solicitando ciertas canciones, entre ellas «A mi manera». Raphael volvió a comentar con su público, que a continuación interpretaría las «Joyas de la corona», como «Hablemos del amor» mientras los asistentes seguían entregados, cautivados, fascinados.

«Estuve enamorado», dio antesala a «Laura», una de las más coreadas y «Desde aquel día», con lo que el recital aumentó de emotividad, al empezar a cantar en efecto, sus más preciadas joyas musicales.

Así continuó el concierto con temas como «En carne viva», «Ahora», «Como yo te amo», «Escándalo», «Estar enamorado», «Infinito», «Llorona», «Que sabe nadie», «Yo soy aquel», «Toco madera» y canciones de su nueva producción, «Reencuentro».

El respetable se puso de pie en repetidas ocasiones, gesto que agradeció el Divo con más aplausos, alzando la mano a la parte alta del teatro y llevándose la mano al corazón. Agradeció la asistencia y refrendó su cariño por el público tapatío, despidiéndose y superando todas las expectativas.
-El Occidental (Nesy Mercado Ramírez)

FOTOGRAFÍA: CHINO LEMUS